Conocí a Roger “Chiqui” Martinez personalmente hace15 años atrás, pero desde mi regreso a Bolivia en el 2004, ya escuchaba su nombre y veía su imagen por los medios de comunicación televisivos, generalmente a la hora del almuerzo.

Mi ingreso al activismo político, que en su momento fue una aventura arrebatada para convertirse en mi carrera, me dio pie para conocer a este dirigente universitario, un líder que tenia la capacidad de mover masas de jóvenes de la Universidad Autónoma Gabriel Rene Moreno de Santa Cruz.
En el circulo politico, escuchaba su nombre casi a diario, sobre todo por las luchas cívicas del momento, la conquista de la anhelada Autonomía, y la necesidad de parar la dictadura de Evo Morales, que desde su temprana elección, yo en lo particular tenia claro a donde iba.
Chiqui Martinez por un periodo de tiempo no muy largo después de conocerlo, había desaparecido del activismo y antes de aparecer nuevamente de manera publica, nos reunimos en la cafeteria de la esquina de plaza de Armas 24 de Septiembre, Alexander, en el patio de atrás. Chiqui nos contó lo que había estado haciendo en su pausa publica, y muy notada.
El joven abogado pudo estudiar de cerca como funcionaban los círculos de seguridad del dictador Evo Morales, algo que no podia decir de frente, porque lamentablemente en los pueblos no es bien comprendido cuando uno cumple una función para poder trabajar de mejor manera en contra del enemigo, a sabiendas que esto es peligroso, cuando de quien se habla es una organización criminal que tiene el poder en el país.
Esta misma situación tuvo que pasar quien fue mi exesposo, Mauricio Iturri, y precisamente por ello, es que nosotros podíamos entender muy bien, que lo que había hecho era loable, y arriesgado, mas aun cuando, siempre has hecho una oposición abierta, sin medir consecuencia.
Desde ese tiempo supe que Chiqui Martinez era un hombre de valores, de principios y de profundo amor a la libertad. Desde ese entonces considero a Chiqui una persona de confianza, al punto de decir que es mi amigo.

En casi 13 años desde que tuve que salir al exilio, a pesar de la distancia siempre hemos estado en comunicación, y he podido seguir su carrera de activismo politico, Chiqui Martinez, NO HA CAMBIADO, sigue siendo el guerrero libertario.
He lamentado cada zancadilla que intereses politicos en Santa Cruz le han puesto en su carrera politica, he hecho publico este mi sentir varias veces, poniéndolo como ejemplo del líder al que le cortan cabeza, esos que no soportan tragarse el polvo que se deja cuando se avanza en rectitud.
Hoy mi AMIGO CHIQUI MARTINEZ, nuevamente entra en la lucha, pero desde una cama de hospital, librando su mejor batalla, LA DE SU VIDA, de la que estoy segura saldrá victorioso, para volver pronto a las calles, las mismas que lo tienen postrado, pero las mismas que lo verán pronto.


Consultora y Activista de los Derechos Humanos y prevención de trafico humano. Estudió International Women’s Health and Human Rights en Stanford Universityty. Estudió Child Protection: Children’s Rights in Theory and Practice en Harvard University. Presidente de Global Human Rights League. Presidente Editora de “El Oriental”. Conductora de Bolivia en las Redes. Nutriologa y Publicista. Exiliada política boliviana.