Para completar las malas decisiones, hasta ahora no se puede contratar un buen SELECCIONADOR

Para los bolivianos el final de las eliminatorias es un alivio, porque se acaban la bronca, la renegadera de cada partido y la falsa ilusión que siempre nos metemos en la cabeza cuando comienza un nuevo proceso; cualquiera sea la dirigencia al mando, sea el técnico que sea, nacional o extranjero, igual en su momento todos venden humo, jugadores incluidos.
Bolivia fue antepenúltima en las clasificatorias al Mundial de Catar, con 15 puntos, solo por delante de Venezuela, que acabó última. Pero eso no es novedad, es más, estar en la última parte de la tabla de posiciones se hizo costumbre hace mucho, lo triste fue despedirse humillados en el estadio Hernando Siles de La Paz, sí, en los 3.600 metros sobre el nivel del mar, donde Brasil nos goleó por 0-3.
Más allá de que el DT César Farías se quiso hacer el héroe, echándose toda la responsabilidad de la mala campaña, la culpa siempre fue y es de los dirigentes, por no decir en un mayor porcentaje; pero también de los jugadores y en menor escala del entrenador, que al fin y al cabo trabaja con un producto (futbolistas) nacional de mala calidad, así que mucho no se puede hacer.
La dirigencia hasta ahora puede crear una verdadera Liga competitiva, por lo menos para elevar el nivel local, los futbolistas del medio siguen siendo conformistas, por eso se nota las malas condiciones físicas, técnicas, tácticas y psicológicas cada vez que enfrentamos a rivales de otros países. No hay como hacer frente, somos inferiores.
Para completar las malas decisiones, hasta ahora no se puede contratar un buen SELECCIONADOR, a la altura de lo que significa esa palabra, pues todas las apuestas han sido, en su momento, por algún entrenador nacional de moda o algún extranjero de mediado nivel.
En esta ocasión, con César Farías, Bolivia perdió la gran chance de volver a un Mundial, ya que debido a sus respectivos problemas Chile, Uruguay, Paraguay y Colombia coincidieron en un mal momento del que solo La Celeste pudo salir en los últimos partidos. Y no es por que seamos más que las selecciones mencionadas, pero tener 3.600 mts. de altura es mucha ventaja, y con un trabajo real, con la elección correcta en las convocatorias y con el respaldo de los clubes profesionales la historia pudo acabar mejor.
Se perdieron 14 puntos de local (como nunca antes) con los que la selección nacional hubiera clasificado a Catar, incluso de manera directa; pero eso si hubiera sido un sueño, un sueño que todos los bolivianos tenemos desde hace mucho tiempo.
“Es hora de cambiar”, es otra frase que se escucha siempre cada final de las eliminatorias, por lo que más fácil es cambiar de camiseta para hinchar por otro país en Mundial que se viene, Catar 2022.

Periodista deportivo. Secretario General en Círculo de Periodistas Deportivos de Santa Cruz. Estudió en Universidad Autónoma Gabriel René Moreno. Co-presentador del programa deportivo Con + Huevos.