Condenar a una persona, sin dar la cara, queda fuera de los códigos de ética que debería tener un juez, viola los derechos humanos y lo rebaja a nivel de verdugo

Para que exista un juicio justo, existen varias cosas que deben tomarse en consideración. Mucha de ellas las sabemos de memoria, como el que todas las personas tienen derecho al reconocimiento de su personalidad Jurica donde quiera que estén; todos tenemos derechos a igual protección contra la discriminación que infrinja la Declaración Universal y contra toda provocación a tal discriminación; todos tenemos derecho a un recurso efectivo ante los tribunales competentes, que nos amparen contra actos que violen nuestros derechos fundamentales reconocidos por la constitución y la ley; y en caso de ser acusados tenemos derechos a la presunción de inocencia mientras no se comprueba la culpabilidad, conforme a la ley y a un juicio público en el que se hayan asegurado todas las garantías necesarias para nuestra defensa.
Estos son derechos que tenemos como seres humanos aprobados en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, así lo dicen los artículos 6, 7, 8 y 11.
¿Pero que dice el Articulo 10 de la Declaración?
“Toda persona tiene derechos a condiciones de plena igualdad, a ser OÍDA PUBLICAMENTE Y POR UN TRIBUNAL INDEPENDIENTE E IMPARCIAL, para la determinación de sus derechos y obligaciones o para el examen de cualquier acusación contra ella en materia penal”.
Si no entendemos que es un juicio justo, estaremos sometidos bajo una justicia parcializada, politizada y partidaria, una justicia que por la nueva modalidad “NORMALIZADA”, no vemos la cara de jueces y fiscales que nos acusan, que nos condenan, violando nuestros derechos fundamentales reconocidos y aceptados sin discusión por todos los países firmantes.
En Bolivia las características que componen un juicio justo han sido eliminadas para condenar a toda voz opositora que le haga frente.
El derecho a estar presente en un tribunal, el tener un juicio publico sin atrasos, el que el tribunal sea independiente e imparcial, el ser considerado inocente hasta que se demuestre lo contrario y el derecho A NO SER OBLIGADO A TESTIFICAR CONTRA UNO MISMO, han quedado atrás, el Estado de Derecho es solo un espejismo un deseo de la gran mayoría, una mayoría desmoralizada, y desconfiada con sus autoridades, pero en total desventaja, por estar bajo un gobierno totalitario, que controla todos los poderes, con dinero a manos llenas, del estado, la corrupción y del crimen organizado.
En Bolivia los procesos montados con acusaciones graves, como las que tienen los ministros, militares, policías, activistas y la expresidente, se están llevando exactamente al revés de como tendría que ser un proceso justo y transparente, bajo un estado de derecho, en Bolivia los jueces hoy en día son verdugos, la justicia se maneja detrás de una cámara sin rostro ni humanismo.

Consultora y Activista de los Derechos Humanos y prevención de trafico humano. Estudió International Women’s Health and Human Rights en Stanford Universityty. Estudió Child Protection: Children’s Rights in Theory and Practice en Harvard University. Presidente de Global Human Rights League. Presidente Editora de “El Oriental”. Conductora de Bolivia en las Redes. Nutriologa y Publicista. Exiliada política boliviana.