Evo pretende nacionalizar Santa Cruz

El líder cocalero que gobernó el país por más de 13 años, continúa considerando al departamento cruceño como un territorio ajeno a Bolivia, un territorio del que necesita apoderarse
(AP Foto/Natacha Pisarenko)

Por: Xavier Encinas

Las seis federaciones cocaleras del trópico de Cochabamba (afines al movimiento al socialismo), sostuvieron una reunión en el Chapare el pasado 30 de diciembre.

Este evento fue un espacio más que utilizó el ex presidente Evo Morales para desplegar su ya conocida dialéctica de la confrontación y anunció que es momento de avanzar sobre las instituciones cruceñas.

Como si se tratara de un general exponiendo a sus tropas la estrategia de guerra, Morales le explicó a sus seguidores que las repercusiones del caso de corrupción en la alcaldía cruceña han generado el escenario perfecto para estatizar las cooperativas del departamento.

De esta forma, el masismo se prepara para emprender la última gran cruzada y poder al fin conquistar Santa Cruz, la tierra prometida. El departamento que a pesar de 13 años de constantes arremetidas por parte del gobierno, no ha sucumbido frente a los caprichos del emperador del Chapare.

Evidentemente, el líder del movimiento al socialismo desconoce o quiere desconocer parte de la historia de Santa Cruz y lo que las cooperativas (SAGUAPAC, CRE, COTAS), representan para la población.

El surgimiento de las cooperativas establece el momento histórico en el que el departamento se desprende del cordón umbilical que lo mantenía atado a las disposiciones del gobierno, dando inicio al explosivo desarrollo social y económico de la región. 

Los datos del Instituto Nacional de Estadística revelan que Santa Cruz alcanza un mayor crecimiento económico que el país, mientras que Bolivia obtuvo un crecimiento de 2,2% en 2019, el departamento cruceño duplicó esa cifra  consiguiendo un 4,2%.

Es en esa realidad, que reflejan los números, en la que no ha podido germinar el discurso del movimiento al socialismo, a pesar de que el partido de gobierno no escatimó recursos económicos para lograr su cometido.

En 2019 (año de las elecciones que pondrían fin al gobierno de Evo Morales), el masismo destinó el escandaloso monto de 527 millones de bolivianos al Ministerio de Comunicación, encomendándole solucionar todos los problemas del país o al menos maquillarlos durante el periodo electoral, además de proyectar una imagen solemne y reverencial del simpático líder del Chapare.

El departamento mantiene firme su posición opositora frente al actuar autoritario y mezquino del gobierno, que no concibe ni considera aceptar que exista una alternativa al estatismo con el que pretende someter al país.

La armadura económica y cultural cruceña ha evitado que el pueblo tenga que comprometer su dignidad y se vea obligado a prostituirse para obtener las miserables dádivas con las que el masismo extorsiona a los más vulnerables, quienes deben resignarse a agachar la cabeza y guardar silencio, mientras son maniatados por los que ostentan el poder.

Al menos así lo anunciaba Álvaro García Linera en 2015 cuando señaló que los municipios perderían los recursos del plan Evo Cumple y de otros proyectos si no apoyaban al movimiento al socialismo en las elecciones subnacionales. 

Tratar de imponer el fallido modelo autocrático que plantea el gobierno representaría conducir a la población al fracaso, a la mediocridad, mutilando la esperanza de días mejores, condenándola a depender de la incompetencia de las autoridades nacionales.

Esto resulta sumamente preocupante si tomamos en cuenta que las empresas estatales lejos de generar ganancias, acumulan pérdidas millonarias para los bolivianos, según el informe de la Oficina Técnica para el Fortalecimiento de la Empresa Pública.

Aunado a eso, en la mente de los cruceños aún están presentes las palabras del ex presidente que en 2019 llegó a advertir que cercaría las ciudades si continuaban las protestas que señalaban como fraudulentas las elecciones de ese año.

De la misma forma, los ciudadanos también recuerdan el llanto de Morales cuando abordaba el avión mexicano en el que huiría del país, luego de que fracasara su intento de reelegirse, el panorama se le complicó al movimiento al socialismo y el líder decidió escapar en medio de lágrimas, mientras su régimen se caía a pedazos.

Pero, por qué el futuro de Santa Cruz debe decidirse en otro departamento, precisamente en el trópico de Cochabamba, por qué debe ser definido por personas que desconocen la realidad cruceña, personas que están siendo influenciadas por el dudoso y malintencionado relato de Morales, qué autoridad tienen las seis federaciones cocaleras del trópico para atribuirse esta decisión.

Son éstas preguntas las que  reflejan que el país está manejado por personas que desconocen la realidad y pretenden deformarla en base a propaganda, de la misma forma las interrogantes mantienen atenta a la población, dispuesta a actuar para defender lo que es suyo y que ningún individuo con ínfulas mesiánicas le puede arrebatar.