El País que Tenemos, el País que Queremos

En octubre 2019 un país unido con pititas levantó a una sola voz la rebelión ante el atropello político al sistema democrático. A un año del movimiento ciudadano revisamos presente y futuro.

2019, la lucha de los 21 días, una batalla para la que el Movimiento al Socialismo no estaba preparado. 14 años de prepotencia, manipulación del sistema jurídico, cooptación de Poderes del Estado, prebenda y deconstrucción de la identidad democrática, enfrentados en una “guerra asimétrica” donde la población en resistencia pacífica no cayó en la trampa de la violencia. Tardó una década y media para que el ciudadano de a pie decida el destino del país, armados de fe y rebeldía.

El año que transcurrió hasta hoy, 10 de noviembre de 2020 corresponderá a un análisis mucho más extenso, de igual intensidad, lleno de sinsabores y que concluye con una oscura sensación de desesperanza. Fraude, fractura política, falta de unidad, corrupción e intereses serán temas centrales.

Entre tanto, 8 de noviembre, un nuevo inicio que supone una amplia reflexión en la interna del MAS, dos discursos en la toma de posesión que asemejan al juego de “policía bueno, policía malo”, el gobierno de la concertación y de la reconciliación, en la calle nos muestra más de lo mismo. Lobos en piel de cordero que en un día de gestión intervienen ADEPCOCA (enemigos rebeldes de Evo Morales), FEJUVE LA PAZ (cuota vital de control social de la urbe paceña) y la Federación de Campesinos en Santa Cruz (las intenciones son claras, pero… de igual manera, el tema tierras corresponderá a otro escrito sobre descolonización y movimiento campesino sindical). A esto se suma la conformación de un gabinete sin participación indígena y peor aún, sin la participación de la gran ciudad de El Alto (que derivó en otra protesta en plena plaza Murillo). Todo esto en el día UNO del gobierno de Luis Arce.

El momento económico post pandemia, y sólo me refiero a la primera ola del COVID-19 con la esperanza de que no surja un rebrote que nos termine hundiendo nuevamente, es una cuarentena tóxica a la que tememos más que al virus mismo; la cortina económica levantada, gastos e inversiones estatales sin retorno (la planta de urea y amoniaco en Bulo Bulo, el satélite Tupac Katari como abanderados, el museo de Evo en Orinoca y 76 empresas públicas deficitarias como ejemplo), Salud sin el 10% del presupuesto general de la nación asegurado. Si en algún momento se pensó que la tormenta perfecta cayó sobre el gobierno transitorio de Jeanine Añez, hoy una tormenta categoría 7 se avecina.

El exministro Arce contribuyó diligentemente al proyecto político del MAS. En momentos de bonanza e inversiones generosas (el éxito corporativo del Estado plenamente confirmado como fracaso con los ejemplos del párrafo precedente) y la seguidilla de decisiones, también políticas, con efecto en las decisiones económicas, la construcción de la carretera por el Tipnis (inconclusa pero con desmonte, daño ambiental y cantidad de efectos en las comunidades nativas ancestrales), el edificio del Ministerio de Economía que por poco se equipara a La Casa Grande del Pueblo… que por austeridad sólo le faltaron alfombras persas. Estos son, por tema de tiempo y enfoque en el contenido, algunos ejemplos de la eficiente ejecución económica en la era “Evo”, del otrora ministro, hoy Presidente del Estado.

 Sin embargo, la joya de la corona fue la concentración centralista de los recursos en detrimento de las autonomías, hoy inmaduras, dependientes de recursos de los hidrocarburos y supeditadas a un modelo administrativo definido con límites claros de concentración de poder en el partido de gobierno. La intervención directa de los recursos del IDH bajo pretexto de los límites departamentales del campo Incahuasi fue uno de varios instrumentos políticos para el control económico hegemónico.

Esto no podía instrumentarse sin el mando absoluto dentro del sistema de justicia, lo denomino “sistema” por la suma y complementación de sus partes, necesarias y vitales en la construcción del proyecto político. La justicia quedó… por prudencia tendré que decir… disminuida en independencia (no puedo ser más diplomático por mi propia seguridad personal), una disimulada elección judicial para conformar la ilustre Corte Suprema de Justicia… con ilustres desconocidos seleccionados por popularidad en el proceso con la mayor cantidad de votos blancos y nulos de la historia boliviana, republicana y plurinacional.

Y esto, tampoco hubiese sido posible sin el rodillo parlamentario que en mayoría de levanta manos dieron curso al proyecto político y personal de Evo Morales. Esa asamblea aprovechó su extensión de mandato durante el gobierno de transición y capitalizó hasta el último día, entregando como regalo de despedida la modificación del reglamento de debates. Claro está que el control de apertura y cierres, la agenda y orden del día con la votación de mayoría absoluta son a medida para el control total de las decisiones del máximo poder del Estado.

El MAS 2.0 inicia, Luis Arce no es Evo Morales, el 2006 está muy distante y distinto al 2020.

Una frase retumba en mi cabeza “redistribución de la riqueza”, palabras vertidas por el presidente Arce, desde su campaña hasta su discurso de posesión. Pero, cuando el Estado interviene en la acción solidaria quedan implícitos varios mensajes preocupantes. En principio y el mayor disonante es el castigo al éxito expresado en la redistribución de la riqueza. Permanece grabado en el colectivo del gobierno masista que el éxito personal es motivo de condena social por presunción de ser alcanzado a través de la explotación de los más desfavorecidos.

Alberto Fernández, presidente de Argentina y de la misma línea ideológica de su par boliviano y que fue el ideólogo del impuesto a la riqueza[i] que precisamente ahora se debate en el Congreso de la Nación Argentina, bajo el título de APORTE SOLIDARIO. Sí, el mismo Alberto Fernández que dijo “Buenos Aires es una ciudad que nos llena de culpa por verla tan opulenta”[ii].Es evidente que las líneas de pensamiento muestran puntos de coincidencia, tanto en lo administrativo como en la visión país.

Hablando claro, la filosofía económica y la escuela clásica se apoyan en el Keynnesianismo, empero, muchos no saben que las conclusiones de Keynnes con apariencia conservadora son producto de su análisis de gobiernos comunistas y socialistas, pero por, sobre todo, Estado-centristas, por lo que considero la afinidad ideológica se superpone a la gestión económica.

Es esa intervención del Estado que, a título de defensa de la clase trabajadora, estableció el control inflacionario en el salario. Resalto “control” como una ironía económica que explico a continuación:

El ajuste en el salario se traduce en posterior carga de costos y consecuente incremento de precios de bienes y servicios. Las restricciones de libre contratación hacen que las empresas mantengan niveles salariales bajos en previsión de los futuros incrementos, exigiendo más por menos y/o sacrificando competitividad profesional en pos de supervivencia. Y sí, todo emprendimiento es para generar bienestar, pero también riqueza.

En consecuencia, los bienes y servicios incrementan su valor en el mercado, el poder adquisitivo del salario se reduce y la rueda multiplicadora de ingresos gira más lentamente. Cargas sociales, aranceles tributarios y previsiones se consolidaron como el costal de ladrillos en la espalda corporativa, cada vez más difícil de sostener.

Si vemos paso a paso este ciclo: crecimiento en la economía, incremento regulado del salario, los costos de dicho incremento los absorbe el empresario, encarece el valor de productos y servicios, baja el poder adquisitivo del consumidor, incrementa la inflación y… el ciclo se repite. La mayor observación al circuito es que el ajuste se aplica de manera horizontal, a todos los sectores, todos los rubros sin distinción y donde muchos son obligados a parar o extinguirse. Como se observa, este tipo de medidas no son sostenibles en el tiempo y peor en escenarios de crisis como la actual.

Todas estas medidas fueron camufladas en momentos de bonanza de ingresos estatales por concepto de venta de hidrocarburos. La aparente salud del Estado, concentrada en exportaciones extractivistas, fue la pantalla perfecta para una imagen de solidez económica mientras, irónicamente, los proyectos de inversión eran financiados con créditos internacionales, empresas multinacionales ejecutoras y la consecuente salida de capitales que no circulan en el mercado nacional.

Existen al menos diez ramas adicionales para revisión del pasado económico inmediato que merecerían un libro completo, pero en términos prácticos, éste paso superficial de los lineamientos generales de la gestión del MAS desde 2006 permiten inferir mucho de la nueva administración.

En lo personal, detesto la futurología, pero en base a los hechos podemos proyectar las intenciones del flamante gobierno boliviano. Concentrar la gestión productiva en el Estado Central, la coyuntura (y la política) limitará el desarrollo autonómico y la redistribución de los ingresos (que alguien debe pagar) saldrá de los contribuyentes formales (15% de la población económicamente activa). El concepto del Estado como generador de riqueza es un paradigma puesto a prueba y jamás confirmado del que tendremos un nuevo intento destinado al fracaso. Los ajustes y regulaciones serán factores de desconfianza para inversiones privadas.

Hasta este punto, el relato parece una novela de terror. Les aseguro que mi gusto por Stephen King o Alfred Hitchcock, o por grandes obras como La Divina Comedia de Dante Alighieri, sus ilustraciones de Botticelli detallando los 9 círculos del infierno, o el demonio de tres cabezas engullendo pecadores no son parte inspiradora de este análisis pese al macabro escenario.

Sin embargo, no todo es oscuridad, la construcción social y del Estado exige participación de la sociedad en su conjunto, rescatar el retrato escrito de la condición humana de las obras de Victor Hugo o Alexandre Dumas que extraen la esencia de los sentimientos más nobles, el conflicto interno y la lucha con los instintos más bajos y malévolos de los personajes. En principio, la conspiración por el dominio y subyugación, el sometimiento y posterior rebelión en pos de libertad y realización.

La esencia del ser humano anhela libertad, pero en una sociedad organizada se deben formalizar los conceptos de libertad, derechos y obligaciones; el rol del Estado como regulador, promotor y garante de estas. El primer principio libertario[iii] nos permite establecer la piedra fundamental, Quimera de todo proyecto totalitario y la base filosófica de Belerofonte, construcción de hombres libres: El respeto irrestricto del proyecto de vida del prójimo y la construcción de los derechos elementales del libertario, la vida, la libertad y la propiedad.

En momentos de crisis tenemos oportunidades inmensas para transformaciones medulares. La reducción de la intervención del Estado en la economía es fundamental para que las empresas y emprendimientos puedan crecer, generar empleo y multiplicar riqueza. El discurso socialista que condena el éxito económico, donde el empresario es el ambicioso explotador que se alimenta de la sangre y esfuerzo de la clase obrera, quedó trillado, válido tal vez en sociedades sin regulación o derechos laborales. Hoy son un recuerdo fósil de un pasado feudal acabado. El ejemplo más claro viene de Winston Churchill, relatando la historia de un debate escolar sobre el modelo de igualdad en el salón, el maestro accede y aplica un experimento y programa una prueba. Es entonces que los aplicados estudian y los menos aplicados poco y nada. El profesor decide promediar la nota de todos para que se lograra la igualdad. Por razones obvias los que estudiaron no quedaron contentos y los que no estaban extasiados. En la siguiente prueba, los aplicados deciden no estudiar y los flojitos de poco a nada. La consecuencia fue clara, todos con nota baja. El resumen del ejemplo: un modelo de igualdad iguala para abajo. La sociedad se convierte en un ente colectivo mediocre y que en verdad sólo conforma los estratos más bajos porque simplemente se nivelan con el resto. Pobreza y mediocridad por igual.

En pleno siglo XXI los controles del quehacer corporativo son tan precisos que la defraudación laboral, tributaria, aportes sociales de salud y pensiones son casi nulos, es más, éstos controles en términos impositivos permiten (o deberían permitir) una definición de aranceles y descargos tributarios más flexibles, justos y correctos. Cuando no existía el cruce de información de compras y ventas, declaraciones de transacciones grabadas con impuestos específicos y la defraudación fiscal era parte de la cultura, podían entenderse sistemas estrictos (recomiendo añadir algo como: “pero hoy ya no, y aun así, los sistemas tributa…”. Los sistemas tributario y laboral ante la Ley son los únicos que establecen presunción de culpa en el emprendedor. Gracias a la tecnología, en este tiempo los aranceles, gravámenes y sanciones pueden ser más acotados, buscando justicia y equidad en los aportes al Estado.

Sin embargo, la reducción de la intervención del Estado en la actividad económica ha demostrado con muchos casos el éxito en el desarrollo y crecimiento.

El derecho a la vida, expresado en sistemas públicos y seguridad social que en la actualidad son autocráticos, sin control o tuición externa, donde un problema es el 10% de salud, pero además la eficiencia de las inversiones para entregar valor a los afiliados que, obligados por norma aportan mes a mes. Después del Servicio de Impuestos Nacionales la Seguridad Social y la Caja Nacional de Salud son los mayores recaudadores de aportes del país y es en ellos que vemos servicios deficientes de atención, colas interminables por una ficha de servicio, equipos y servicios incompletos para atender especialidades con tecnología e infraestructura que fácilmente puede ser adquirida con el flujo de ingresos percibidos,

De igual manera, el sistema universitario público, que a título de autonomía no rinde cuentas a nadie y se mueve en una rosca de poder itinerante.

El sistema de pensiones es un tema de alta complejidad que mueve casi la totalidad de sus inversiones para generar rentabilidad en bonos del tesoro a largo plazo, pero en la aplicación real, el rendimiento de esas inversiones “seguras” no generan ingresos suficientemente altos para jubilaciones dignas.

La expresión del derecho a la vida queda clara en la aplicación de los modelos que lo sustentan. La vida está compuesta por la salud, la educación para lograr igualdad en oportunidades y pensiones que sostendrán el ocaso de cientos de miles.

El derecho a la libertad es igualmente asociado a múltiples sistemas, comencemos por la seguridad jurídica como principio tanto regulatorio como de provisión de seguridad (ciudadana, laboral, civil, administrativa, comercial y penal) proba, expedita y sobre todo transparente, independiente y justa.

Libertad como expresión del desarrollo de mis propias capacidades, sin injerencia ni intervención en las capacidades y planes de otros, que no esté sujeta al efecto intervencionista del Estado, por acción, regulación o coerción, al menos en las actividades no estratégicas país.

Educación como instrumento de construcción de libertades, fundamental en principios, valores y formación integral del ser humano íntegro, ético y consciente de su propia valía, universal y obligatoria

En resumen y en coyuntura, necesitamos construir un modelo País donde se reduzca el tamaño del Estado, se desconcentre la gestión pública enfocada en seguridad, salud, educación y las inversiones esenciales estratégicas. Proyectos Estatales enfocados en contratación y ejecución con empresas bolivianas y muchas más condiciones que eleven la eficiencia de inversión y gasto público.

Impulso productivo a sectores formales de la economía son mandatorios para salir de la crisis con desarrollo económico; incentivos a empresas y emprendedores, reducción de carga impositiva y social, libre contratación para mejorar el nivel profesional en las organizaciones. El superávit empresarial debe ser premiado. Empresas sólidas que crecen, garantizan empleo, generan riqueza al nutrirse de empleados, proveedores y del mismo Estado como socio estratégico. El ciudadano de a pie que por reducción de la carga tributaria tiene más efectivo disponible incrementa su consumo, mejora sus condiciones de vida y el gasto multiplicador de dinero aporta al bien común.

En pocas, la economía se acelera y un escenario difícil como el que se avecina puede revertirse con voluntad política; dejar a un lado las doctrinas del modelo socialista y comenzar por el principio, por la construcción de tejido socio económico sólido y duradero.

Estos que son deseos personales, defienden el interés común, identifican esos principios naturales del ser humano. Pese a la diferencia ideológica, la receta que puede salvar Bolivia tiene rótulo liberal, dependerá de la visión de los gobernantes y sus objetivos para construir prosperidad, o llevarnos al desastre en el mediano plazo.